Este conjunto escultórico representa el momento trascendente en el que Cristo se reúne con sus discípulos en el Cenáculo para celebrar la última Pascua. Esta representación se basa en una mesa alargada, adornada con velas y los alimentos que van a tomar y en la cual, en el centro, se encuentra la figura de Jesús sentado en una silla con respaldo, en la que sobresale una terminación en Cruz. A la izquierda de Jesús se encuentra el apóstol San Juan, que dormita recostado sobre el Mesías, a continuación se encuentran los apóstoles San Andrés, San Judas Tadeo, San Felipe, San Simón y Judas. A la derecha de Cristo, se encuentran San Pedro, Santiago el Mayor, San Bartolomé, San Mateo, Santo Tomás y Santiago el Menor. Todos ellos están sentados en unos taburetes sin respaldo y visten túnicas sujetas con ceñidores y manto sobre la túnica, llevan la cabeza descubierta y excepto San Juan todos llevan barba. La imagen de Jesús va coronada con potencias.
Este grupo escultórico, copia del que realizó Salzillo para la Semana Santa de Murcia, fue realizado por el escultor D. Manuel Sánchez Araciel en el año 1904, previo encargo de D. Eugenio Alonso Cuesta, para engrandecer la Semana Santa de Madrid, quedando expuesto al culto en la catedral de San Isidro. En el año 1933, este paso fue donado al cabildo de la catedral de Ávila que a su vez lo cede al Ilustre Patronato de la Santa Vera Cruz, para que sea incorporado a la procesión del jueves Santo, organizada por dicho Patronato.
Este paso, desde su llegada a Ávila, siempre ha sido uno de los tronos que ha formado parte de la denominada procesión de “los Pasos”, tal y como lo viene haciendo en nuestros días. Durante muchos años también desfiló en la procesión general de viernes Santo. Este paso no se encuentra al culto. Fue restaurado en restaurada por don Manuel Colomé, ha recobrado la tonalidad característica de sus figuras, que forman un conjunto del más alto valor estético. En los últimos años se está restaurando de nuevo, devolviendo a las imágenes sus colores originales