Avanzamos ya por la Vía Dolorosa, Cristo aparece caído en el suelo bajo el peso de la cruz, abatido por el cansancio y las vejaciones sufridas durante la noche anterior.
Este conjunto escultórico fue realizado en el año 1910 por el escultor murciano D. Manuel Sánchez Araciel, por encargo de D. Eugenio Alonso Cuesta para engrandecer la Semana Santa madrileña. Estuvo al culto en la catedral de San Isidro. En el año 1933, D. Eugenio, lo dona al cabildo de la Catedral de Ávila, que a su vez lo cede, para que participe en la “procesión de los Pasos” de la noche de jueves Santo, al Ilustre Patronato de la Santa Vera Cruz.
El grupo escultórico está formado por cinco figuras. Casi caído sobre su costado izquierdo, apoyándose sobre el brazo del mismo lado y con la mano derecha levantada en claro signo de solicitud de ayuda, está la figura de Cristo, como eje central de este paso. Sujetando la cruz, ayudándole a que esta no caiga aún más sobre Él, está la figura del Cirineo. Al lado de Jesús un sayón con el torso desnudo le agarra del cabello, con su mano izquierda, mientras que con la derecha, empuñando una maza, la alza para descargarla contra el cuerpo del Señor. Otro esbirro tiene atada una soga alrededor del cuello de Jesús, tirando con crueldad de ella para intentar ponerle en pie. Al fondo, contempla la escena un soldado romano, con ropaje que no pertenece a la época. Este grupo es copia del que realizó Francisco Salzillo para la Semana Santa de Murcia.
El paso de “La Caída”, desde su llegada a nuestra ciudad no ha dejado de participar en las procesiones de Semana Santa hasta nuestros días, saliendo en los desfiles del jueves y viernes Santo. No se encuentra al culto.