Tras el ritual de la bendición de las palmas y los ramos de laurel y olivo que durante la procesión portarían los fieles, se celebra la eucaristía en la S.A.I. Catedral de Ávila, presidida por el sr. obispo. Finalizada ésta, da comienzo la procesión de mayor alegría y colorido de la semana santa abulense: la “Procesión de la Borriquilla” o Procesión de las Palmas.
La Procesión de la Borriquilla se inicia en 1944, fecha en la que la Juventud Católico Antoniana del Convento de San Antonio adquirió en la Casa Alsina de Madrid el paso con la figura de Cristo montado en la borriquilla en aptitud de bendecir. Los niños de algunos de los colegios de la ciudad; los niños de las catequesis parroquiales, con sus pancartas; el coro Voces Blancas de Filadelfia (EE.UU); los niños de las cofradías abulenses, con sus respectivos hábitos; los jóvenes antonianos, con su hábito marrón y capa blanca; y los miembros de la archicofradía de la real e ilustre esclavitud de nuestro padre Jesús nazareno de Medinaceli, unos con hábito morado y capa amarilla y otros con hábito morado y capa castellana en blanco, dan escolta a las imágenes de la “entrada de Jesús en Jerusalén” y “Nuestra Señora de los infantes”, con el acompañamiento musical de la Banda de cornetas y tambores de la oración en el Huerto y santa Vera cruz, llegada de medina del campo, han hecho de la mañana del domingo de ramos uno de los momentos más bellos de la semana santa abulense.